En un sistema de gobierno presidencialista, se elige al presidente por elección directa y concurrente con los legisladores por un periodo de tiempo definido, es el presidente quien a su discreción elige a los miembros del gabinete y es rígido por la dificultad para librarse de un mandatario incompetente. En nuestro país a fin de poner ciertos límites al poder del presidente y lograr un verdadero equilibrio entre los poderes del Estado, se introdujo elementos parlamentarios dentro del sistema presidencial, como la investidura, censura y cuestión de confianza que habilitan el cierre del Congreso, etc. La parlamentarización de nuestro presidencialismo, es un proceso histórico que ya lo advertía Manuel Vicente Villarán en un ensayo publicado en 1936 donde señalaba respecto de la Constitución de 1933: “Esta Constitución representa el punto más avanzado de la serie de reformas que los Congresos han venido acumulando en la dirección del gobierno parlamentario(…) Sin embargo, al lado de la literatura constitucional y en oposición a ella, prevalece en la vida real con inexorable perseverancia el gobierno presidencial” (…)
En modelos “presidenciales atenuados” como el nuestro, en el siglo pasado era frecuente que se produzcan golpes militares cuando el Ejecutivo no tenía mayoría en el parlamento. Citamos como ejemplo al gobierno de José Luis Bustamante y Rivero de 1945 a 1948, y el primer gobierno de Belaunde de 1963 a 1968, y el autogolpe de Alberto Fujimori de 1992 con el apoyo de las FF.AA.
La Constitución de 1993 mantuvo el sistema, los gobiernos de Toledo, el segundo de García y de Ollanta, no tuvieron mayoría parlamentaria, pero se lograron consensos mínimos para hacer viable al país. Con inversión, respeto de la propiedad, estabilidad jurídica y monetaria, se pudo experimentar un crecimiento económico que redujo la pobreza en un 30%.
En un sistema presidencialista, un Ejecutivo con minoría parlamentaria está obligado a consensuar y buscar una agenda común. El gobierno actual, en cambio, hace lo contrario, confronta, provoca, busca el caos y pretende copar con sus allegados las FF.AA. ¿Buscan perpetuarse en el poder? Leamos entre líneas. Pueblo y Congreso, juntos, debemos proteger la democracia.