Cómo estará de venido a menos el Congreso que de las dos listas que se presentan para manejar el Legislativo desde la Mesa Directiva, de lejos la mejor, aunque parezca increíble, es la que encabeza un ahijado de César Acuña, y lleva a Waldemar Cerrón, el hermano de Vladimir Cerrón, el corrupto dueño de Perú Libre que se quedó anclado en los años 60 y sigue soñando con imponer en el país una dictadura comunista como la que manda y mata en Cuba y Venezuela.
Es que en la otra lista figura a la cabeza el “viajero” Luis Aragón, nada menos que uno de los ya famosos “niños”, y la integran un personaje elegido por el partido de Verónika Mendoza como Edgar Reymundo, y también Paul Gutiérrez, de la bancada llamada Bloque Magisterial, dedicada a blindar al golpista, inepto y corrupto de Pedro Castillo. Mejor hubieran lanzado la postulación de Pasión Dávila, al que le gusta golpear a sus colegas por la espalda.
Si bien el Congreso no debería estar en manos de Alejandro Soto, miembro del partido de Acuña, que además lleva como candidato a segundo vicepresidente a Waldemar Cerrón, todo esto con la venia de su hermano Vladimir, qué nos queda si la otra opción trae un representante de “los niños”, a un hincha de la socia de Castillo como es la exhumalista Verónika Mendoza, y a una bancada de castillistas acérrimos que además son docentes radicales que se niegan a ser evaluados.
Pero hay más. Esta última lista cuenta con el apoyo de Podemos, el partido del investigado José Luna, quien por años ha lucrado como dueño de una universidad de triplay como Telesup, y es padrino político del recluso Daniel Urresti y de la congresista Digna Calle, la que “trabaja” desde su casa de Miami y encima se molesta cuando le reclaman. ¿Esta gente es la que pretende manejar el Congreso durante los próximos 12 meses?
Sin duda el Congreso no va a estar en buenas manos teniendo en cuenta las listas que hoy deben pelearse voto a voto el manejo de la Mesa Directiva, y que son un fiel reflejo de lo mal que votamos en abril de 2021, lo que se confirmó en mayo de ese año con la elección de Castillo, un sujeto que de agitador de plazuela no debió pasar. Sin embargo, entre una y otra alternativa, con grandes reservas prefiero a la primera.