Los últimos cambios en el gabinete han suscitado todo tipo de reacciones, pero mayormente se ha aplaudido el reemplazo del radical Guido Bellido por Mirtha Vásquez.

En perspectiva, Castillo hizo algo positivo. Pero eso no quiere decir que se esté “humalizando” ni mucho menos. En realidad, Castillo hizo lo mínimo que tenía que hacer dado el estado de las cosas. Y no solo eso, sino que lo hizo tarde, dejando que la confrontación entre Ejecutivo y Legislativo escale demasiado. ¿En qué mundo te dan una estrellita en la frente por hacer lo mínimo indispensable? Pues menos a un presidente se le debe aplaudir por hacer ese mínimo.

Nuestras expectativas no se pueden mantener tan bajas. Castillo tiene que sentir esa presión ciudadana –que sé que existe– para que se vea obligado a hacer el mejor gobierno que las posibilidades le permitan. Eso empieza por tener un gabinete con los más altos estándares. Mirtha Vásquez como premier es un salto kilométrico en comparación a Guido Bellido, pero eso no quiere decir que el gabinete sea intachable. Por el contrario, el nuevo ministro del Interior, Luis Barranzuela, quien ha sido abogado de Vladimir Cerrón y tiene un irrebatible conflicto de intereses, debe ser removido del cargo cuanto antes.

Asimismo, al nuevo gabinete se le debe juzgar a partir de sus acciones. El hecho de que Mirtha Vásquez sea una mejor elección para PCM que Bellido, no quiere decir que no tengamos el deber de seguir exigiendo más, para así asegurar que su presencia en el cargo efectivamente traiga la tan ansiada estabilidad (tanto económica como política) que los peruanos necesitamos.

No podemos permitir que Pedro Castillo pueda volver a cometer un error como lo fue mantener a Bellido y a Maraví en sus cargos por tanto tiempo.

Por favor, prestemos atención al gobierno. En buena medida depende de nosotros lograr que vengan tiempos mejores. Estemos pendientes. Exijamos más.