Lo que a ti te interesa
Lo que a ti te interesa

Resulta que me siento a escribir uno de mis reportajes y caigo en la cuenta de que tenía la página de esta modesta columna en blanco. Ante la duda, consulta, decía mi abuelo, así que eso fue lo que hice. Me asomé al Facebook y pedí que me sugieran temas que pudiera tratar aquí, y el resultado me gustó mucho. Así, con una ayuda de mis amigos.

Empecé a anotar los temas para poder darles a todos un espacio, y me di cuenta de que los temas pueden estar allí y uno simplemente no se da cuenta porque no lo tienes en el radar. Me explico. No estás pendiente de algo con suficiente fuerza como para que apenas se te pregunte sobre algo que te gustaría tratar o ver escrito en una pantalla, los resortes de tu cabeza salten y digan, pues esto, compadre, que es el tema caliente del momento.

Así por ejemplo, me sugirieron que hablara de mi paso por Tacna, donde viví varios meses del año pasado. La sugerencia por supuesto, vino de Tacna.Me la hizo un querido amigo sureño, profesor universitario y promotor de las bellezas naturales que hay en ese rinconcito de la patria encajonado entre el mar, el desierto y las punas más frías. Habla de Tacna, Gastón, me sugería el maestro, y pensé que sería buena idea recordar la noche en que a todos nos agarró el terremoto en la frontera, y mientras la calle se movía como serpiente y los postes de luz nos dejaban a oscuras en medio de los gritos de la gente, los únicos que no se movían eran los jugadores de los casinos, pegados a sus tragamonedas. Un buen tema anotado para abril en que se cumple un año.

Se está por celebrar el Día Internacional de la Mujer, me recordó una amiga periodista. María Parado, Antonia Moreno, Teresa Gonzáles, Juana Alarco. Curiosa la forma en que suenan sus nombres así, porque muchos las reconocemos más como María Parado de Bellido, Antonia Moreno de Cáceres, Teresa Gonzáles de Fanning y Juana Alarco de Dammert, amarrada su identidad al nombre del esposo. Me hace recordar a mi bisabuela, una viejecita sacada del catálogo de los estereotipos: menudita, con ruleros, vestido de calle debajo de un eterno delantal lleno de dulces y con un cucharón de palo que parecía una extensión de su propio brazo.

La abuelita en particular siempre que se refería al momento en que la casaron -no se casó, la casaron-, decía la siguiente frase: "cuando yo pasé del poder de mi padre al de tu abuelo", y empezaba a contar alguna anécdota con total naturalidad, asumiendo su papel de bien mueble con el que fue criada hace 100 años. Educada para ser la hija de y luego la esposa de, con la única misión de tener hijos y mantener la casa limpia y al marido contento, siempre con la famosa cuchara de palo para mover guisos. Señora feudal de su cocina, y ciudadana de segunda clase de la puerta hacia afuera, convencida de que era todo lo que necesitaba para ser feliz. Es bueno recordar y reflexionar sobre lo mucho que creemos que han cambiado las cosas, solo porque nuestro entorno inmediato lo ha hecho.

Se debate la Unión Civil en el Parlamento, me recordaba un buen amigo con preocupación, supongo que haciendo un alto a la preparación de su noticiero, donde tratarían el tema con el interés que merece por parte de cualquier sociedad medianamente civilizada. Conforme pasaba la jornada se iba haciendo patente de que de debate nada, y de civilizados menos. Un tema que de tratar sobre derechos civiles y legislación en general, se rebajó a debate religioso ultrafanático. Con el penoso resultado de que fueron los insultos a la presidenta del Consejo de Ministros lo que marcó la agenda de ese día, ataques hechos además por un hombre que dice hablar en nombre de Dios, Ese que mandó a decir eso de ámense unos a otros.

Temas para tratar habían muchos. El ex ministro Daniel Urresti poniendo a subasta su auto y la réplica que le obsequiaron de la espada del coronel Bolognesi llamaron la atención de una entusiasta actriz sumergida en la producción de películas de la Guerra del Pacífico. En tanto que un colega me señalaba consternado que el célebre Scarlett había cerrado sus puertas quién sabe si para siempre, y uno que nunca pudo entrar a ver a qué sabía un whisky de 100 papeles servido a media luz. La madre de mi ahijada puso en la mesa el retorno a clases de su retoño, sospecho con una mezcla entre alivio de ver a los engreídos de la casa mudar los destrozos al patio del colegio, y preocupación porque cada vez las clases se inician más temprano, con un sol todavía criminal sobre las cabezas que deberían estar llenas de conocimientos, y no de rayos UV.

El melómano al que no se le va una, puso la luz en el hecho de que ya tenemos medio año sin Cerati. Gustavo Adrián partió exactamente hoy hace seis meses, luego de que sufriera un accidente cerebrovascular en Caracas en mayo de 2010 del que nunca se recuperó. No soy un experto musical ni podré estar a la altura de los cultores de Soda y su genialidad, así que a muchos les puede resultar facilista si les digo que el "Siempre es Hoy" (2002) es mi disco favorito de este caballero. "No te alcanza con improvisar; el descaro, baby, es parte de la diversión". Igual me gustaría despedirlo con el epitafio que le dedicó a Alexander Dumas su propio hijo, cuando dijo que el genio francés murió como había vivido, sin darse cuenta.

Hasta mi hermano se sumó a la lluvia de temas. Tipo bonachón, y buen padre de familia, se pasaba de vueltas con el video del energúmeno que se grabó pateando a un anciano con su pandilla de patanes y que incluso tuvo las santas gónadas de compartirlo en las redes sociales como si fuera una hazaña. Escudado y amparado en el retruco de que se trata de un menor de edad. Vamos, un niñito, una criatura del Señor recién salida del cascarón que ya fue ampayada vendiendo sustancias prohibidas y fue soltado, porque aquí todos vivimos en las praderas de mi pequeño ponny, y somos siempre tan buenitos e inocentes. Que se organicen eventos para ir a su casa -con intenciones que van desde hacer plantones o romper sus ventanas, hasta los que proponen que lo que se rompan sean un par de huesos del jovencito en cuestión-, resulta preocupante; y sintomático de que cada vez con mayor frecuencia son los ciudadanos los que ser organizan para corregir lo que sienten que un Estado desbordado no puede. Y que pase lo que ellos creen que tenga que pasar.

La unión hace la fuerza, y la unión también ayuda a escribir textos. Con una ayudita de mis amigos. Préstenme sus oídos y les cantaré una canción. Intentaré no estar fuera de tono.

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