Estamos en una crisis económica, la producción nacional lleva meses en números rojos mientras los pequeños negocios se ven obligados a cerrar debido a la delincuencia que los roba o extorsiona a sus propietarios y, a la fuerza de los hechos, el gobierno se vio obligado a reconocer que el Perú está en recesión.
Pese a la gravedad de esta situación, hay un grupo de peruanos que parece vivir en otro país, que tienen beneficios laborales con los que millones de ciudadanos soñamos y que reciben bonos de miles de soles con dinero de los impuestos que todos pagamos.
Nos referimos al personal del Congreso que va a recibir una “bonificación extraordinaria” de S/9900, aprobada por la Mesa Directiva del Legislativo el pasado 14 de noviembre.
Esta es la segunda vez en el año que el personal de Congreso recibe una bonificación consistente en este monto, S/19800 para cada trabajador parlamentario, y si consideramos que, a febrero de este año, el Parlamento tenía 1447 empleados, más de S/28 millones del erario nacional han sido destinados a pagar estos dos bonos.
Podríamos ser demagógicos y comparar, por ejemplo, cuántos escolares podrían recibir alimentación con este dinero, pero solo recordaremos que el Legislativo tiene una aprobación por los suelos y estos hechos no hacen más que aumentar el rechazo de la población.