Las reconstrucciones del clima pasado son una herramienta importante en el estudio de la variabilidad climática, especialmente cuando las evidencias nos llevan a conversar del tema en un contexto de cambio climático, el cual venimos atravesando, y cuando queremos saber cuánto está cambiando y desde cuándo.
Es en este sentido que el reporte del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) desarrolla un capítulo íntegramente sobre la temática del paleoclima. En este contexto, el Perú es un país privilegiado y ha otorgado a la comunidad científica mundial las evidencias más relevantes para el continente sudamericano.
Todos estos registros han demostrado los principales cambios en el clima sudamericano, desde los últimos siglos hasta milenios atrás. Curiosamente, a nivel nacional, se conoce muy poco de estas evidencias y menos aún sobre lo que pueden aportar al país en términos de conocimiento sobre la magnitud y recurrencia de los eventos hidroclimáticos extremos.
Considerando las características de nuestro territorio, y su vulnerabilidad ante las inclemencias del clima, resulta importante explorar los registros de paleoclima, a fin de aumentar las evidencias de los eventos extremos y sus impactos. Conocer aquello nos permitirá mejorar las políticas asociadas a la gestión del riesgo de desastres. El mensaje aquí es aprender del pasado y, con base en ello, prepararnos para enfrentar eventos extremos futuros.
En el IGP realizamos reconstrucciones del paleoclima basadas en espeleotemas y anillos de árboles en colaboración con universidades del país. Recientemente, venimos trabajando en la reconstrucción de los eventos de El Niño en el pasado. Si las decisiones en el país se toman con base en la ciencia, podremos brindar mejores servicios al ciudadano, mejorar la educación y el conocimiento del territorio, así como fortalecer nuestra resiliencia ante eventos extremos a consecuencia del cambio climático. IGP: “Ciencia para protegernos, Ciencia para avanzar”.