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Todo nuestro respeto a la majestuosidad del Parlamento Nacional, pero es menester decir que hay congresistas que están a la caza del oportunismo para hacerse notar. Pruebas al canto: Muere un intérprete reconocido y reviven la Ley del Artista. Gladys Tejeda gana una medalla de oro y corren al Twitter a ofrecerle la gloria. Etcétera.

En esa línea, a Paloma Noceda (FP) no le quedó otra alternativa que bajarse de la moto protagónica, luego de la andanada de críticas a su proyecto de una nueva general Ley del Deporte. Si bien la iniciativa se planteó en junio, aprovechando la clasificación al Mundial empezó a atizarla y el efecto contrario ha sido demoledor, bajo la amenaza de ser la responsable de una posible desafiliación de la FIFA y con ella, chau Rusia 2018.

No tiene el floro de Manuel Burga, pero Edwin Oviedo, presidente de la FPF, fue al Congreso de la República a decirle a Paloma y compañía: A volar a otra parte. Ese atisbo de oportunismo -que otros lo conjeturan como aprovechamiento político- ya encontró resonancia en otros países y, después de 36 años de ostracismo pelotero, no estamos para correr riesgos provocando al ente rector del fútbol.

La propia bancada liderada por Keiko Fujimori presentó un PL para fortalecer a la Federación, suministrándole “plena autonomía e independencia”. ¿Acaso no la tiene? El partido es contra la corrupción, señores padres de la Patria. Con que PPK vaya a visitar a la selección y se mande esos pasitos desordenados, basta y sobra.

Esto me recuerda esa frase que dice: “Hola, me llamo oportunidad. ¿Cómo? Lo siento, las oportunidades solo se presentan una vez”. Y los legisladores lo saben.