1°SALUD. No es la primera vez que se especula sobre el paradero del líder supremo de Corea del Norte. Pasó en 2016 y lo registré en mi libro “KIM YONG-UN: El niño terrible”, publicado por Correo (2017), destacando su desaparición del escenario público: “Los rumores sobre su salud y hasta sobre su propia existencia comenzaron a cobrar otras dimensiones por su notoria ausencia en las celebraciones centrales…”(pág. 59). No creo que esté muerto porque eso hubiera corrido como pólvora en estos tiempos en que cada vez es más difícil ocultar la verdad política. Sí, en cambio, podría estar convaleciente o grave pues por su contextura física, son escenarios posibles. También lo registré en esa misma página: “¿Qué significa que el máximo líder norcoreano estuviese realmente enfermo?. Algunos dicen que por la gota, otros que sería diabético y hasta de niveles de presión altos por la obesidad que podría estar soportando...”. Por tanto, si Kim estuviere en agonía o fallece sería altamente creíble que lo fuera por un asunto de salud y no por una conspiración contra su vida como sucedió con su hermano Kim Jong-nam, asesinado en el aeropuerto de Kuala Lumpur, Malasia (2017). 2° SUCESIÓN. El régimen norcoreano es esencialmente dinástico y Kim (“Brillante Camarada”), es el tercero desde 1953. Lo antecedieron su padre, Kim Jong-il (“Amado Líder”) y su abuelo, Kim IL-sung (“Presidente Eterno”). Sigamos. Kim Jong-nam, el medio hermano del actual líder, en su momento preferido pero luego fue descartado por su propio padre al revelarse sus faltas de reflejo político -por un problema en Tokio “fue deportado a China”(pág.16)-, y Kim Jong-chol, el hermano mayor de Kim, se dice “…que lo fue por afeminado…” (pág.17). La hermana, Kim Yo-jong, aparecería con mayor performance, pero nada es seguro, dado el carácter patriarcal del régimen.

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