Los peruanos nunca deberíamos olvidar quiénes son los ministros que dando una vergonzante muestra de tener la cara bien dura, han tenido el desparpajo de salir a defender el burdo plagio en que incurrió el presidente Pedro Castillo para obtener el grado de magíster por la Universidad César Vallejo y cobrarle más al Estado por sus precarios servicios de docente de primaria y de sindicalista a tiempo completo subsidiado por todos los peruanos.
Es lamentable, por ejemplo, el rol cumplido por el ya célebre Alejandro Salas, nada menos que ministro de Cultura, sí, de Cultura. A este caballero que hizo campaña para llegar al Congreso al lado de Martín Vizcarra, y apuntalando la postulación presidencial de Daniel Salaverry, los peruanos no debemos olvidarlo. Su trabajo por darle soporte a un mandatario como Castillo es una vergüenza. Pocas veces en la historia del Perú se ha visto a un personaje con estas características tan patéticas.
Otro que transita en esa misma ruta es el titular de Educación, sí, de Educación, Rosendo Serna, acusado de un plagio de tesis aún más escandaloso que el del propio presidente. Ayer ha tenido la frescura de decirnos que el tema del grado académico trucho de su jefe “no es un tema trascendental para el país”, y que la “investigación” presentada ante la universidad de César Acuña en válida. En manos de este caballero está la formación de los futuros ciudadanos de Perú. Para llorar.
El Perú no merece tener un presidente plagiador ni a ministros que se conviertan en sus escuderos. Además, tanto Salas como Serna están en cargos públicos y cobran de nuestros impuestos para trabajar en sus sectores. Su función no consiste en tapar los delitos que habría cometido el profesor Castillo cuando era un ciudadano como cualquier otro, y no el jefe del Estado. El exalumno de Acuña más bien debería pagar abogados a fin de que lo defiendan de lo que hizo hace casi diez años.
El plagio del presidente Castillo no puede ser normalizado. Es lo que pretenden hacer Salas, Serna y los congresistas del oficialismo que han salido en defensa de un vil copia y pega. Nos quieren decir que todo está bien y que no pasa nada. Acá el Ministerio Público, el Congreso y la Sunedu tienen que tomar acciones, más allá de los vergonzantes escuderos de quien ha incurrido en un acto que nos llena de vergüenza a todos los peruanos.