El domingo se publicó en el Diario La República la última encuesta telefónica a nivel nacional del Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
Ante la pregunta ¿Qué tanto interés tiene usted en la política en general? El 58% de peruanos respondió que tenía algo o mucho interés. Sin embargo, entre los peruanos más jóvenes (entre 18 y 24 años) un sorprendente 72% respondió que tenía algo (57%)
o mucho (15%) interés en la política. Cabe resaltar que este porcentaje marca un incremento significativo respecto de las encuestas anteriores.
¿Quiénes son estos jóvenes y qué representan para nuestro futuro republicano? Yo me reconozco como una de ellas, pero siempre me he preguntado por espacios concretos (no partidarios) en los que los jóvenes puedan conectarse para informarse respecto de
lo que pasa en nuestro país -más allá de lo que dicen los noticieros-. Lo que me lleva a mi segundo punto.
¿Qué implica estar interesado? ¿De seguro no es lo mismo que estar informado? El interés de la juventud es un potencial capital político del que -sin duda- ciertos candidatos buscarán aprovecharse. En ese contexto, cobra especial importancia lograr que el interés trascienda a la esfera de la indagación. Que encontremos espacios donde podamos cuestionar, conciliar, y aprender los unos de los otros para poder construir una opinión independiente e informada. No importa el color ideológico. Importa que nuestra opinión sea nuestra.
Las circunstancias sanitarias tan excepcionales que vivimos hoy harán de la campaña electoral que se aproxima una muy particular. Las redes sociales -espacios que los jóvenes recorremos cómodamente-, jugarán un rol más importante en esta campaña que en cualquier otra.
Es por eso que los jóvenes tenemos que preguntarnos qué -no quién- queremos para el país. Canalicemos ese interés hacia un juicio sensato y reflexivo. Las decisiones que tomemos en las urnas determinarán cuál será el país que recibirá nuestra generación en unos años.