El caso Madre Mía ha dado un paso importante esta semana. Con el hallazgo del cuerpo de Edgardo Isla Pérez, asesinado en 1992 por la patrulla del capitán Carlos en Yanajanca, a diez minutos de la Base de Madre Mía, se tiene la primera evidencia de muchas que aparecerán en las próximas semanas sobre las matanzas atribuidas a Ollanta Humala Tasso, en los tiempos de la lucha contra la subversión.

El otro hecho relevante es que el Ministerio Público reabre el caso, comunicándolo oficialmente al país. Será el fiscal Luis Valdivia Calderón quien llevará adelante esta investigación que, esta vez, sí debe encontrar la justicia que no halló en el 2009. Fuentes de la fiscalía aseguraron a El Comercio que Humala será citado por Valdivia. Conforme avancen las pesquisas, Humala terminará como investigado y luego acusado de las atrocidades que mandó cometer y hasta consumó con sus propias manos, según los nuevos testimonios aparecidos en las últimas semanas.

Pero hay un problema. La fiscalía necesitará información de soldados y oficiales destacados a Madre Mía. El Ejército está controlado por el general Luis Ramos Hume, puesto en la Comandancia General por Humala con procedimientos fraudulentos. El ministro Nieto protege a Ramos Hume. El gobierno de PPK mantiene a la cúpula humalista que domina el Ejército. Ramos y la cúpula son la protección que Humala necesita de aquí en adelante. Como el capitán Carlos y como Presidente, Humala envileció el Ejército igual o más que Montesinos. El gobierno debe poner en vereda a Nieto para que saque a Ramos. Si no lo hace, el gobierno debe despedir a Nieto.