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No quisiera estar en el pellejo de quienes en estos tiempos, en los que la industria de la televisión atraviesa por una evolución tan radical, se enfrentan a nuevos proyectos; especialmente los que se refieren a la señal abierta y en el rubro del entretenimiento. Tiempos en los que las audiencias ya no son las de antes y que importantes sectores de la población (niños y jóvenes) ya no esperan el programa a la hora señalada, porque entran a la red o a la TV por streaming y ven lo que quieren cuando les da la gana. 

Hay cambios vitales en por lo menos los últimos diez años en usos, costumbres y tendencias en la pantalla chica, y es por eso que hay que ser muy ligero para dar contundentes conclusiones de por qué uno de estos proyectos funciona o no. Pero claro, hoy todos son especialistas y simplemente dan duro a lo que no les gusta sin mayor trámite.

Y eso sucede con Magaly TV, la firme, programa que trae de vuelta a la polémica periodista a los sets de televisión, y que en sus dos semanas de emisión ya hay quienes sugieren su final anticipado. Pero tranquilos, veamos a lo que se está enfrentando la “Urraca” y que, como señalamos al inicio, es un escenario que no es el mismo en el que ella reinó hace 20 años. 

Dos décadas antes, el ampay, su arma letal para conseguir audiencia, era la columna vertebral del espacio. Hoy ella misma admite que pasó a la historia, ya que los famosos solitos ventilan sus intimidades en Instagram; para qué seguirlos entonces. El público joven que ella desea capturar usando las nuevas plataformas está en otra, por más que le coquetee. La audiencia fiel que aún no le da dos dígitos de rating es la que integran señoras y señores que la seguían en sus buenas épocas y por allí debería explotar más contenidos para esta. El raje, su lengua afilada, frontal y hasta excesiva que la caracterizó ya no puede ser tampoco la misma de cuando no tenía límite. Los juicios de por medio hicieron mella, pero, sobre todo, hoy ya no se pueden decir muchas palabras en son de burla que antes se celebraban y que ella acuñó en personajes de ese Chollywood que era su reino. 

Pero no todo está perdido, mientras hay vida hay esperanza, dice el refrán. Si el estilo que antes la hizo famosa hoy ya no le resulta, pues hay que darle vuelta a la página. Lo único claro es que el público que aún la sigue quiere que verla hablando de farándula, ¿cómo en estos nuevos tiempos? Allí está el reto, quizás algo de chismes y más entretenimiento es la fórmula. Magaly, la firme, tiene la palabra.