Uno

Para la desesperación de algunos que en este momento deben estar trepados en el techo retorciendo sus cabecitas, el Arzobispado de Lima acaba de ganar el prestigioso premio Effie de Oro en marketing social por la Marcha por la Vida, un evento que congregó a medio millón de peruanos en la capital. Los Effie premian la efectividad publicitaria y se trata, además, del primero premio para una campaña pro-vida a nivel mundial. En la Marcha por la Vida participaron miles de voluntarios y, por supuesto, infinitamente más importante que el premio son las vidas salvadas. Sin embargo, siempre es bueno que el esfuerzo de tantos voluntarios y la estrategia de todo el equipo y Ogilvy sean reconocidos, porque eso fortalece al movimiento pro-vida, recordándonos que proteger al concebido, el más indefenso de los seres humanos, es un deber jurídico y un derecho constitucional.

Felicitaciones, amigos de la Marcha por la Vida. Felicitaciones a todos los organizadores y participantes porque ustedes son la voz de los que no tienen voz. Los premios del mundo no son nada si se comparan con la felicidad de salvar al ser humano más indefenso, hoy amenazado por esa prepotencia radical a la que le gusta disfrazarse de progresía y solidaridad.

Dos

La vida es un hecho científico irrefutable. El concebido es un ser vivo, un viviente humano, como dice el jurista español Rafael Domingo Oslé. Este viviente humano, según nuestras leyes, es un sujeto de derecho para todo cuanto le favorece. La ciencia avala la existencia de esta vida y la evidencia biológica es contundente: el concebido vive y el aborto produce estragos severos en la salud de la mujer.

Tres

Los abortistas pregonan su derechohumanismo mientras pisotean los derechos del viviente humano. Para este maniqueísmo feminista, el concebido se encuentra en estado de indefensión absoluta. Felicitaciones, amigos de la Marcha por la Vida. El que quiera la paz, que se prepare para la guerra.