Una de las prioridades de la ministra del Ambiente, Fabiola Muñoz, es el reciclaje de los residuos sólidos, esto como parte de la política de protección del medio ambiente. “Pasemos de esta cultura, donde nosotros tiramos la basura, a la cultura donde valorizamos los residuos”, dijo en entrevista a un medio radial.

Es encomiable que desde el Estado nos preocupemos por el reciclaje. Sin embargo, descuidamos lo más importante: reducir la producción de residuos inservibles que contaminan el medio ambiente.

Necesitamos normas que permitan reducir la producción de objetos de plásticos altamente contaminantes, desde la prohibición de plásticos de un solo uso como vasos, botellas y envases, así como el envase de plásticos en casi cada producto de consumo masivo: arroz, galletas, avenas, ropa, artefactos y muchos más.

Es la gran producción industrial la mayor contaminante. Cada año se generan 320 millones de toneladas métricas, y tenemos a China, Europa y Norte América como los principales demandantes del plástico. Alrededor de 8 millones de toneladas métricas de este material terminan en los mares y océanos. Se visualiza una puntita, porque la mayor parte (70%) descansa en el fondo marino.

Durante las cuarentenas en el mundo hemos visto cómo se limpiaba el aire y los animales retomaban sus espacios, debido a la menor contaminación al paralizarse las actividades humanas. Por ello, tendremos que avanzar en mecanismos de ahorro de energía y menor contaminación de la naturaleza en interés de toda la sociedad. La producción y el consumo necesitan reordenarse hacia lo necesario, disminuyendo lo superfluo.

Para reducir la contaminación, es necesario empezar reduciendo la producción de basura, además de reciclar. Aprender en estos días para el futuro.