A pocos días de su discurso por Fiestas Patrias, la presidenta Dina Boluarte se encuentra en el ojo de la tormenta. Las críticas hacia su gestión se han intensificado, y no sin razón. La presidenta ha fallado en cumplir la mayoría de sus promesas del 28 de julio del año pasado, lo cual ha erosionado la confianza del pueblo peruano. Además, el presunto desbalance patrimonial detectado por la Contraloría ha puesto en duda su transparencia y, por ende, su capacidad para liderar el país.

Es preocupante observar cómo estas sospechas y denuncias afectan la credibilidad del gobierno. La defensa del Palacio de Gobierno y la propuesta de un nuevo contralor no han sido suficientes para calmar las aguas. Al contrario, parece que han incrementado la desconfianza entre la ciudadanía, que esperaba un manejo más claro y transparente de los asuntos públicos.

La gestión de Boluarte no ha cumplido con las expectativas de los peruanos. La población demanda líderes que actúen con integridad y responsabilidad, cualidades que actualmente se perciben como ausentes en la administración presidencial.

En este contexto, el mensaje que la presidenta dará en el Congreso durante las celebraciones nacionales se espera con escepticismo y pocas esperanzas. Es crucial que Boluarte aproveche esta oportunidad para reconectar con el pueblo, demostrando un compromiso renovado con la transparencia y el cumplimiento de sus promesas.

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