Faltan menos de dos meses para las elecciones parlamentarias y en calles, plazas y redes sociales comienzan a aparecer los rostros de los candidatos ofreciendo solucionar todos los problemas que desde hace muchos años afectan a los peruanos y que siguen tan vigentes como el primer día, por lo que todos los electores deberíamos estar muy atentos para no volver a ser tan cándidos como en el pasado. Mucho cuidado con dejarnos sorprender con los demagogos de siempre.

Ya están por allí los farsantes que ofrecen medio pasaje en viajes aéreos a los universitarios, pensiones de jubilación para las amas de casa, tres comidas gratis de lunes a viernes para los pobres, devoluciones de los aportes de las AFP o sacar a flote nuevamente el tema del Fonavi, pese a que ya se ha dado dinero a los aportantes. Incluso existe una agrupación política que basa su existencia en el anhelo de algunos por recibir más plata por este concepto. Alucinante.

Recordemos a aquel candidato de la izquierda que hace ocho años ofrecía hacer que el balón de gas de diez kilos cueste apenas 12 soles. Dicho combustible nunca alcanzó ese precio durante los dos periodos legislativos en que aquel caballero ejerció funciones. Sin embargo, lejos de agachar la cabeza y dar un paso al costado, quizás avergonzado tras semejante tomadura de pelo a los electores, esta vez vuelve a presentarse. Es su octava postulación. ¿Votaremos por él?

Durante las elecciones del 2011 yo vivía en Trujillo y todas las campañas de los candidatos al Congreso estuvieron basadas en el tema de la inseguridad ciudadana. Lo mismo fue el 2016. No hubo un solo postulante que no haya ofrecido erradicar –como si pudiera hacerlo desde su escaño– a los extorsionadores y sicarios que tienen en jaque a la capital liberteña. Las frías estadísticas de la Policía Nacional dejan en evidencia, sin espacio a la subjetividad, que nadie cumplió con lo ofrecido.

Si los candidatos con recorrido y los nuevos nos quieren ver la cara de tontos en las elecciones del 26 de enero próximo, estamos en condiciones de darles un portazo en la cara. Los peruanos deberíamos estar más que curtidos con las mentiras que se sueltan en las campañas cada vez que tenemos que elegir autoridades. Líneas arriba menciono solo algunas de las mentiras de las que hemos sido objeto de la manera más vil. Analicemos bien, informémonos bien. Seamos responsables.