Una economía competitiva, es una economía productiva. La productividad conduce al crecimiento, que permite niveles de ingresos más altos, con lo que es de esperar un mayor bienestar, según el Foro Económico Mundial. Mejorar la competitividad de una economía, implica ejecutar acciones en torno a múltiples temáticas, como por ejemplo aspectos macroeconómicos e institucionales, de calidad de servicios públicos, o de desarrollo de negocios. En nuestro país, desde 2019, contamos con un Plan Nacional de Competitividad y Productividad (PNCP) al 2030, con una serie de medidas de corto, mediano y largo plazo, que apuntan a mejorar el bienestar de la población. En una reciente reunión del Consejo Directivo del Consejo Nacional de Competitividad y Formalización, conformado por organismos e instituciones del sector público, sector privado, academia y sociedad civil, se aprobó la propuesta de actualizar el PNCP, como parte de la estrategia para reactivar la economía peruana. A 2026, estar entre las 50 economías más competitivas del mundo; y, a 2030, entre las 40. Esta herramienta, que articula políticas a través de consensos, incluiría un mecanismo para incorporar nuevos aportes en el trayecto del plan. Si hablamos de planes, el Gobierno Regional de Piura cuenta con un Plan Estratégico Institucional 2024-2029, que cuenta con 10 lineamientos orientados a mejorar el acceso universal de la salud; lograr un sistema educativo de calidad; garantizar un entorno favorable para el desarrollo económico y productivo; mejorar la infraestructura económica e integración vial; conservar y mejorar ecosistemas; implementar procesos de Gestión de Riesgos por Desastres; contrarrestar la inseguridad ciudadana, por mencionar algunos. Así como existen planes, existe la rendición de cuentas.
METAS AMBICIOSAS, columna de Rafael Zacnich
Columna de opinión.