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Tan solo a dos semanas de iniciada la campaña electoral -30 de marzo- de cara a las elecciones federales en México previstas para el próximo domingo 1 de julio, en que serán elegidos presidente, senadores y diputados en todo el país, la tierra del genial Mario Moreno “Cantinflas” o del inmortal Pedro Infante destaca en la región por el vertiginoso aumento de la violencia a todo nivel. El reciente cruel asesinato a puñaladas y golpes de Maribel Barajas, joven candidata de 25 años a diputada local en Michoacán, y el linchamiento en Puebla de Gaspar Palacios Monterrosas, también golpeado y quemado por una turba, desnudan una espiral incontrolable. El salvajismo no tiene límites y se muestra en toda su extensión, poniendo sobre la mesa el asunto de la inseguridad ciudadana que en nuestros países nadie puede erradicar. Es alarmante conocer que 6 Estados de América Latina se encuentran entre los 10 más violentos del mundo. En efecto, luego de Afganistán, que ocupa el primer lugar en criminalidad, se encuentran Guatemala, El Salvador, Colombia, Venezuela, México y Honduras. En el caso de México que comentamos, la violencia y la criminalidad están asociadas al tráfico ilícito de drogas, la extorsión y el robo. En este país, se ha registrado al cierre del 2017 la impresionante cifra de 29,168 homicidios, que representa un incremento del 27% respecto del 2016; en otras palabras, México con 127.5 millones de habitantes, está reportando cerca de 80 asesinatos al día. Los candidatos presidenciales con mayores chances de obtener una victoria electoral -Andrés Manuel López Obrador de Morena, Ricardo Anaya del PAN-Coalición y José Meade del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI)- deberán incidir a lo largo de la campaña en este flagelo, pues tratándose de uno de los destinos con mayor demanda por parte de la comunidad internacional, el incremento de la inseguridad en este país desalienta sin discusión la inversión y retrotrae el turismo, factores claves de su crecimiento y desarrollo.