Tenemos un gravísimo problema de seguridad interna y otro de carácter migratorio que nacen de la irresponsabilidad constante de los ídolos de barro de la caviarada. Critican duramente al gobierno de Dina Boluarte, pero callan frente a las decisiones de su camarada Bóric en Chile. Son unos hipócritas y su doble rasero alimenta los principales problemas públicos nacionales, ya que boicotea toda solución que no incluya el pago de consultorías millonarias para sus amigos.

En el gobierno de PPK apoyaron la recepción de refugiados venezolanos, personas que huyeron de un régimen criminal que la izquierda peruana respalda hasta hoy, pero boicotearon toda idea de política nacional migratoria que pueda ordenar la migración y darles seguridad a los peruanos. Hicieron lo mismo en el gobierno de Vizcarra y Sagasti, atacando a quienes pedían orden para garantizar los derechos de los migrantes legales y para devolver a su país a los ilegales y criminales. La hipocresía de la izquierda es tan grande que cogobernaron con un abierto xenófobo como Pedro Castillo, porque cuando ellos tienen un cargo, un ministerio o una consultoría se quedan callados y los derechos humanos no importan.

El caso de Tacna es la gota que derramó el vaso. Es necesario que se debata abiertamente un marco regulatorio para la migración en el país que permita devolver la seguridad en nuestras ciudades y fronteras.Esto sucede en todos los países del mundo, empezando por los países europeos, Estados Unidos y Canadá ¿Acaso los caviares peruanos no tienen visa para sus viajes a Miami o pasan procesos de control para visitar Madrid o París? ¿Por qué las Ongs de Derechos Humanos con sede en esos países no empiezan por casa en lugar de venir a decirnos qué hacer? Todo país merece paz para progresar, esta paz viene del respeto a la ley.

TAGS RELACIONADOS