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Las movidas que se dan al interior de las Fuerzas Armadas para definir el nuevo cuadro de ascensos están por confirmar lo que empezó a comentarse hace cuatro años: el plan “Polo Verde”, que tendría por objetivo copar los puestos claves del Ejército con los integrantes de la promoción de la Escuela Militar de Chorrillos de 1984, llamada “Héroes de Pucará y Marcavalle”, de la cual formó parte el presidente de la República, Ollanta Humala.

Los cambios registrados a inicios de setiembre en la Comandancia General del Ejército, cuando sorpresivamente desembarcaron al general Ronald Hurtado Jiménez (1980), marcaron el inicio de la cuenta regresiva para hacer realidad el plan “Polo Verde”. En su reemplazo fue designado el general Carlos Vergara Ciapciak (1982), con lo cual se desapareció a la promoción 1981 para que así la de 1984 tenga mayor control en los ascensos.

Estos cambios, respaldados por el Decreto Supremo N°009-2013-DE, han generado malestar al interior del Ejército, en especial en promociones de oficiales con expectativa para ascender y ocupar puestos estratégicos por meritocracia y no por criterios políticos, tal como ocurre hoy.

Lo que ocurre es preocupante y se hace un grave daño a la institucionalidad de las Fuerzas Armadas, en especial al Ejército, que siempre es manoseado por cada gobierno de turno al manejar los ascensos a su antojo.

La reciente presentación del ministro de Defensa en el Congreso no satisfizo las interrogantes, por ello -como han sugerido el exgeneral EP Otto Guibovich y otros exoficiales- esto merece una profunda investigación.

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