Es una lástima que en los últimos días el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) se haya convertido en un verdadero meme, debido a que se ha demostrado que es posible consignar la muerte de cualquier persona con suma facilidad, algo que debería preocuparnos si es que aspiramos a ser un país serio, formal y con institucionalidad.
A raíz de la “muerte” del prófugo Alejandro Silva Silva y su “resurrección” al tercer día, los peruanos hemos sido testigos de ingresos irregulares a la base de datos del Reniec para hacer aparecer como “fallecidos” a personajes como el propio presidente Pedro Castillo, el virtual alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, y la excandidata presidencial Keiko Fujimori, entre otros.
Es posible que estos “fallecimientos” posteriores al de Silva Silva hayan sido hechos para hacer creer a los peruanos que todo es parte de una “broma” y no una estrategia de evasión del financista del profesor Castillo. Pero lo cierto es que se ha demostrado que el sistema de Reniec es una verdadera coladera, y eso, en un país serio, no puede ser posible.
Alguien tiene que responder por estas vulneraciones que deberían encender todas las alertas. No podemos permitir que el Reniec se convierta en el nuevo Migraciones, es decir, en una institución que algún funcionó bien, pero que luego se convierte en “modelo” de lo que es la ineficiencia y poca seriedad de una institución pública.