El Poder Ejecutivo ha enviado al Congreso un nuevo pedido de autorización de viaje de la presidenta Dina Boluarte a Estados Unidos entre los días 1 y 4 de noviembre, para participar en la Cumbre Inaugural de Líderes de la Alianza de las Américas para la Prosperidad Económica (APEP) y luego en el Foro de Inversión Responsable, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que se llevarán a cabo en Washington DC y en el vecino estado de Maryland.
El problema de este viaje es que hace menos de un mes la mandataria ya estuvo fuera del país realizando una innecesaria gira por Alemania, Italia y El Vaticano, que sirvió para reunirse con alcaldes, funcionarios de segundo nivel y finalmente con el papa Francisco, en un encuentro que por las imágenes registradas y la cantidad de funcionarios y asesores palaciegos asistentes, jugó en contra de un gobierno débil que en el Perú tiene serios problemas que afrontar, como la inseguridad ciudadana y la recesión.
Evidentemente el nuevo pedido de permiso para salir del país de la mandataria ha despertado justificadas críticas desde diferentes sectores políticos. Quizá ir esta vez el viaje a Estados Unidos sea importante para los intereses del Perú. Sin embargo, tras el vano periplo por Europa que costó varios miles de dólares y además coincidió con el drama de los peruanos atrapados en un país en guerra como es Israel, habrá que ver si el Congreso acepta esta otra gira que sería la cuarta en cuatro meses.
Además, en un país golpeado por la pobreza y donde los ciudadanos cada vez que salen de su casa no saben si en la primera esquina van a ser víctimas de un robo o si terminarán metidos en medio de una balacera, los viajes innecesarios con una numerosa comitiva resultan un monumento a la frivolidad y una cachetada a los que no tienen ni para las tres comidas al día y sus hijos sufren de anemia. Esto sin duda será en principal argumento de muchos congresistas al momento rechazar el permiso solicitado, que será debatido este lunes.
El Ejecutivo debió dejar de lado las salidas innecesarias como la de Brasil y Europa, para no exponerse a denegatorias que afecten giras realmente importantes. Ahora peligra este viaje a Washington y quizá también el que se viene en 15 días a San Francisco, a la reunión de líderes del Foro Económico Asia Pacífico (APEC), en la que el Perú recibirá la Presidencia para el 2024 y el encargo de organizar el encuentro del próximo año. Un gobierno débil, sin partido, sin bancada, sin voceros políticos y sin cuadros, y con tantos problemas encima, no puede ser tan imprudente.