Estamos poniendo en juego nuestro país por una ridiculez. Un desconocido -hasta hace poco-, personaje de la farándula, dos secretarias, y ¡oh sorpresa!, el presidente de la República.

Los errores de todos:

1. En los momentos más difíciles del Perú en su historia reciente, Vizcarra aparece como el personaje principal de una telenovela de mal gusto.

2. El Congreso eleva esta telenovela a la causal de incapacidad moral permanente del presidente de la República, para así poder vacarlo. En medio de este desaguisado, el presidente del Congreso llama a las Fuerzas Armadas, indicando que fue únicamente para recordarles que no son deliberantes... No estoy tan segura de que necesiten que eso se les recuerde.

Ante la ridiculez que ha generado esta crisis política, me pregunto ¿qué va a pasar con el país, y sus más de 30 millones de ciudadanos que estamos inmersos en la peor crisis sanitaria y económica de los últimos tiempos?

Es indudable que el presidente no ha actuado bien. Yo no puedo calificar la gravedad de los actos de los que hemos tomado conocimiento a través de los audios; pero lo que sí puedo decir es que arriesgar una escalada de esta crisis que no sabemos a dónde nos pueda llevar, no es lo que necesitamos en estos momentos.

Utilizando un mínimo de sentido común podemos llegar a la conclusión que arriesgar una vacancia presidencial a 7 meses de un proceso electoral ya convocado, y en el que se definirán los destinos del país por los próximos 5 años (y seguramente más), es lo peor que nos podría pasar.

Nuestra responsabilidad como peruanos, pero principalmente, la de nuestras autoridades, es la de asegurar un proceso electoral limpio y una transferencia democrática del poder, en donde los temas de discusión no tengan la pequeñez de aquellos hechos que nos han traído hasta donde estamos. Merecemos más.