En la presentación de los hasta hoy candidatos a la Presidencia, en la Conferencia de Ejecutivos, todo se sustentó en temas económicos y en los enunciados, más que planes, que los mismos llevarían a cabo en caso de ganar.

Por supuesto que los recursos son esenciales. Hay que crecer siempre para poder distribuir. Para ello hay que buscar que se presenten las condiciones, pero las mismas deben de condicionarse por parte del Estado para que el beneficio alcance a todos.

Los empresarios deben de ser respetados y alentados, pero no debe descuidarse a los trabajadores. De estos no se ha dicho nada. Como si no existieran. ¿Quién entonces va a cuidar que el tejido nacional no se rasgue más y haga imposible cualquier desarrollo al no existir solidaridad?

Tampoco puede dejarse de lado los temas de institucionalidad del país, que comienzan por discutir los fundamentos de sus normas básicas y de establecer propuestas para que el Estado funcione de mejor manera y reclute mejores funcionarios o haga que los buenos que ya tiene no se vayan por una política de ahorro equivocada.

Keiko Fujimori avanza sin que ninguno de los otros candidatos quiera representar al amplio sector de quienes luchamos contra la corrupción del gobierno donde participó como “primera dama”, ni de las esterilizaciones, ni del envilecimiento institucional, ni de los despidos masivos.

¿Los demás tienen rabo de paja y por eso no hablan o hacen el cálculo de mejor luchar con los que están en mi “pelotón” para pasar a segunda vuelta y allí recién distanciarse?

Allí hay un sector inmenso de peruanos que decididamente no han escogido candidato y hay otro gran número que cambiará la opinión que las encuestas dicen que expresan cuando se amplíe el “menú” y aparezcan los que encarnan todos estos sentimientos.