La competitiva industria del entretenimiento, para muchos que la ven de lejos, es una jungla en la que gana el más fuerte; a sus integrantes les persigue esa percepción de que cada uno lucha por sus propios intereses que tratarán de conseguirlos a costa de cualquier cosa. Pero, como sucede muchas veces, esa mirada que tenemos del otro cuando no se le conoce, nos conduce a afirmaciones equivocadas, por eso, siempre es bueno recordar que esa “hoguera de las vanidades” que puede parecer el mundo artístico, también es capaz de dar lecciones de empatía, decencia y compasión. Y precisamente, quien se plantó en el escenario para, además de reafirmar su éxito mundial, recordarnos que una artista sobre todo es un ser humano con valores sólidos, fue la colombiana Karol G. La también llamada “Bichota”, que se dio el lujo de llenar durante cuatro noches el estadio Santiago Bernabéu en Madrid, no contenta con ese récord, en uno de sus conciertos trajo de vuelta, como invitada, a una cantante que admiraba y había sido una de sus influencias musicales. Pero, no la convocó solamente para rendirle tributo, todos sabían de lo mal que la estaba pasando durante los últimos años, Amaia Montero, la exvocalista de La Oreja de Van Gogh. Karol G, quiso darle ese espaldarazo a quien estaba luchando por superar los problemas de salud mental que la mantenían alejada de los escenarios. La elección de la intérprete colombiana no fue hecha al azar, ella consideró, que lo mejor que se le puede dar a una artista para sanar sus heridas es ayudarla a recuperar la confianza y el aplomo para seguir en el camino. En un momento estelar de la noche, “La Bichota”, hizo aparecer a Montero para cantar “Rosas”, uno de los clásicos de su exbanda. Karol G, le dio la bienvenida ante un estadio lleno, la miraba como el soporte que necesitaba la española para vencer los nervios y la ansiedad de ese reencuentro con su público tras dos años. “Este momento lo voy a guardar en mi corazón y en mi alma para toda la vida (...) Después de mucho tiempo pensando que jamás volvería a pisar un escenario”, dijo la ex “Oreja de Van Gogh”, al recibir el abrazo de la máxima estrella de la música urbana. “Gracias siempre a Karol G. Eres inmensa y un ángel que ha llegado para quedarse en mi vida. Que Dios te bendiga”. Hay gestos que engrandecen y hacen pesar que no todo está perdido y sobre todo en el ambiente artístico. ¡Bien Karol G!
NO TODO ESTÁ PERDIDO, columna de Johnny Padilla
Columna de opinión.