Estamos a un mes y una semana de que se cumpla un año de la caída de Pedro Castillo a raíz de la interrupción constitucional del 7 de diciembre del 2022 con la que pretendió cerrar el Congreso y adueñarse del sistema de justicia en compañía de su camarilla golpista, y hasta el momento no hemos visto ni la sombra de los prófugos Juan Silva Villegas y Fray Vásquez Castillo, quienes con la nueva administración debieron ser arrestados sin mayor pérdida de tiempo.
Se entiende que durante el tiempo que pasaron en calidad de prófugos en tiempos de Castillo, jamás hayan sido arrestados. Era evidente que tenían protección oficial. Si hasta echaron del gabinete al entonces ministro del Interior, Mariano González, por “atreverse” a poner a disposición del Ministerio Público un equipo de policías especialistas en búsqueda y ubicación de indeseables. Sin embargo, el profesor chotano está preso hace once meses y sus dos cómplices siguen en libertad.
¿Qué ha pasado? ¿Se puede pensar que a este gobierno tampoco le interesa que Silva Villegas y Vásquez Castillo caigan y abran la boca? Del exministro de Transportes y Comunicaciones se supo que contaba con el amparo de la tiranía de Nicolás Maduro, incluyendo un estipendio para sus gastos. Pero jamás el Ministerio de Relaciones Exteriores se ha pronunciado al respecto. ¿Al menos ha consultado si esconden a este sujeto como señaló hace un año un programa periodístico?
Del sobrinísimo Vásquez Castillo, solo se ha sabido de su descaro como para aparecer en algunas audiencias judiciales virtuales y de las mentiras de sus abogados al afirmar que estaba analizando la posibilidad de entregarse a las autoridades. De momento, este sujeto se sigue riendo de la justicia y de todos los peruanos. ¿Quién los protege ahora? ¿Por qué la Policía Nacional no puede ubicar a dos sujetos que en teoría viven a salto de mata desde hace casi año y medio?
Los peruanos que sentimos que esta gente nos ha metido la mano al bolsillo, merecemos una explicación sobre el trabajo que se está haciendo, o no se está haciendo, para arrestar a este par de sujetos que según diversos testigos, saben mucho de las corruptelas de Castillo, quien según el Ministerio Público era el cabecilla de la banda dedicada a saquear las arcas públicas desde lo más alto del poder. Los meses pasan, no hay resultados y esto ya comienza a oler muy mal.