Imagino que a estas alturas el gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski tiene suficientes problemas, tales como la huelga de docentes que no llega a su fin, la inseguridad en las calles, la economía que debe ser apuntalada y otros, como para que los integrantes de su propia bancada parlamentaria lancen críticas y exijan cambios en el gabinete ministerial que encabeza Fernando Zavala, quien ha afirmado que por el momento no habrá más relevos en su equipo.

Algunos han señalado que las críticas de los integrantes de la bancada oficialista se basan en el hecho de que algunos buscan ser nombrados ministros. Puede ser. Sin embargo, eso no quita la necesidad de que el propio jefe de Estado llame al orden a quienes supuestamente son su soporte político -aunque débil- frente a la aplastante mayoría fujimorista. Si así se portan las fuerzas amigas, habría que preguntarse qué se puede esperar de los rivales “naranjas”.

Pero el problema que vemos con las críticas del oficialismo a su propio Poder Ejecutivo de ninguna manera podría originarse únicamente en el afán de ciertos legisladores por encontrar un puesto en el gabinete. El asunto tiene una raíz mucho más profunda, y se origina en la debilidad de los partidos políticos que incluso, pese a su precariedad, se dan el lujo de ganar elecciones y acceder el poder. La agrupación del presidente Kuczynski es una muestra de ello.

Habría que preguntarse qué consistencia puede tener Peruanos Por el Kambio (PPK) como para servir de soporte a un gobernante que no cuenta con mayoría en el Congreso. Esta agrupación tampoco se caracteriza por ser una cantera de profesionales con el perfil necesario para ocupar ministerios. Quizá ahí esté el origen de las constantes rotaciones que vemos en el gabinete, sin que aparezcan rostros nuevos. Tampoco hay operadores políticos de peso, salvo algunos casos.

No vendría nada mal al presidente Kuczynski reunir a los miembros de su bancada en privado y dar un buen palmazo sobre la mesa a fin de llamarlos al orden y exigirles que no le estén poniendo zancadillas en medio de una coyuntura tan crítica, sino que más bien aprendan a lavar internamente los trapos sucios y a fortalecer un gobierno al que también pertenecen, que en verdad los necesita. Sería fatal seguir dando muestras de falta de unidad y liderazgo. El jefe de Estado tiene la palabra.