Mientras se desacelera la economía, se incrementan los conflictos sociales de 79 a 89 en el último mes. Es evidente que esto puede agravarse con la convocatoria de los gremios agrícolas a un paro nacional los días 28 y 29 de junio. En tanto, el presidente Pedro Castillo opta por reunirse con más de 400 líderes indígenas, campesinos y ronderos. Lo que se suponía sería una reunión para solucionar los problemas de estos sectores, decantó en un evento de apoyo político al Gobierno y en el que se pidió a viva voz el “cierre del Congreso”. Ante ellos, el jefe de Estado redujo su discurso a la propaganda de su gestión, pero quedó bastante lejos de un escenario ideal, en el que haya respuestas para superar la crisis que atraviesa el país. Siguió prometiendo los Consejos de Ministros Descentralizados por todo el país y hasta organizar un evento en la “chacra”. Pura demagogia.

Es evidente que el Ejecutivo está con el agua al cuello, en parte por la magnitud de la tormenta económica, social y política, pero también por la impericia del presidente y su equipo, además de las graves señales de corrupción. A propósito, ayer Castillo dijo que afrontará todas las investigaciones y acudirá a las citaciones para “dar la cara donde nos tienen que llamar”. Esperemos que sea así y no sea solo un gesto para la tribuna porque hasta ahora sus palabras tienen una orientación y las estrategias legales de sus abogados otra. No hay coherencia entre lo que dice el mandatario y lo que hace su defensa.