A la ya deshonrosa lista de prófugos que nos deja el putrefacto e inepto gobierno de Pedro Castillo, se suma ahora el nombre de Vladimir Cerrón, el dos veces condenado por corrupción que ha optado por esconderse y no dar la cara ante la justicia que en segunda instancia ha decidido enviarlo a prisión por un caso de corrupción cometido en sus años de gobernador regional de Junín.
Ahora Cerrón figura al lado de Juan Silva y Fray Vásquez en la relación de indeseables buscados por la Policía Nacional, institución que sin duda alguna tiene mucho que explicar por la evasión del líder de Perú Libre, pues desde hace tiempo ha tenido que estar vigilando a este sujeto a fin de que nuevamente se les escape un requerido de alto perfil como es el padrino y creador de Castillo.
Qué fácil es para Cerrón presentarse como un “perseguido político”, cuando los casos por los que se le ha condenado vienen de mucho antes de que salte al escenario político nacional. Ahora dice que es para impedir su candidatura presidencial en el 2026, cuando el año pasado, en los comicios regionales y ediles, su agrupación sufrió un durísimo revés como costo político por haber apadrinado al profesor que luego daría un golpe de Estado.
Es esperarse que a la brevedad posible, la Policía capture y ponga tras las rejas el doblemente corrupto de Cerrón, para que pague por llevarse la plata de los más necesitados.