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Universitario de Deportes atraviesa uno de sus peores momentos. La crisis institucional a la que se ve sometido desde hace mucho alcanza por estos días su punto más álgido. Los cremas iniciaron el jueves un proceso de negociación con sus principales figuras de la temporada que acaba de terminar, con la intención de cumplir con uno de los pocos pedidos que el técnico Pedro Troglio (con contrato hasta el final del próximo año) se ha permitido hacer: mantener la base del equipo.

Lo que en otras ocasiones se presenta como un pedido coherente y, hasta cierto punto, fácil de complacer, en el caso de la “U”, dadas las condiciones, pinta color de hormiga. Como se recuerda, el club merengue recibió una sanción que le impide realizar contrataciones de cara a la próxima temporada. Esto quiere decir que lo único que le resta por hacer para afrontar el 2018 es intentar renovar con la mayor cantidad de jugadores con los que contó este año. Sin embargo, uno de los principales objetivos de la administración liderada por Carlos Moreno es abaratar costos y no cometer los mismos errores de la temporada que se va. La intención era apelar al cariño que algunos jugadores desarrollaron por el club para intentar llegar a un acuerdo en el que estos accedan a reducir sus sueldos. Días antes del inicio de las conversaciones, la actitud de la administración era de esperanza, pero el jueves mismo se dieron de cara con una realidad que debió preverse. Los jugadores no tienen intención alguna de rebajar sus sueldos, el primero en dejarlo claro fue Luis Tejada. El representante del delantero panameño fue tajante al asegurar que no accedería a reducir su salario; por el contrario, la intención sería obtener un aumento. Caso similar se daría con Alberto Quintero, figura descollante del equipo de Troglio. A esto se suma la intención de Alberto Rodríguez de emigrar apenas surja una oferta tentadora, y los casos de Alexi Gómez y Carlos Cáceda, quienes al parecer continuarían su carrera en el extranjero. De esta manera, ante la imposibilidad de contratar, la “U” está a puertas de iniciar una temporada que no pinta alentadora por ningún lado.

Es cierto que los jugadores pueden desarrollar un cariño especial por el club para el cual juegan, sentir respeto por la hinchada y filiación por esos colores que defienden, pero de ahí a ver diezmado su crecimiento profesional hay un trecho gigante. Universitario recibirá un monto de dinero a raíz de su participación en la próxima Copa Libertadores, pero gastar es lo que menos debe hacerse; sin embargo, mantener siquiera el equipo con el que se cuenta requiere inversión. Son días arduos, decisivos y complicados los que se le vienen a un club que desde siempre dio fe de ser más grande que sus problemas. Lamentablemente, esa grandeza parece tener un límite ante los duros golpes que la realidad le está propinando.