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Juliaca ha paralizado, este 29 y 30 de mayo, en protesta contra la política económica nacional y las malas gestiones de sus gobiernos municipales y regional. Ha sido una paralización cívica, masiva y sin hechos de violencia.

Las protestas crecen y avanzan desde el sur del país. El 24 paró el Cusco, el 30 la región Puno y el 5 de junio lo hará Tacna para tratar de confluir en una sola gran protesta: el PARO NACIONAL convocado inicialmente por la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) para el 19 de julio, fecha de recuerdo histórico para los trabajadores y la propia democracia del país.

Estas movilizaciones indican que la tregua político-social al gobierno de Vizcarra está finalizando, ha sido corta y pone en evidencia cómo el modelo económico olvida la capacidad de gasto del mercado interno al priorizar las inversiones.

Se exige medidas para incentivar la demanda, el mercado interno, la descentralización. Al elevar el ISC, se golpea a todas las familias indiscriminadamente y se olvida “convenientemente” recuperar las devoluciones tributarias, eliminar exoneraciones, entre otros.

Economías como la nuestra, que ponen todas sus expectativas en solo exportar minerales, van de crisis en crisis. No podemos continuar “abaratando costos” como en el sector agroexportador, donde los salarios no llegan ni a la remuneración mínima vital, mientras se otorga beneficios tributarios “temporales” (y ya van 18 años) a las empresas. ¿Así se pretende lograr desarrollo económico?

Es imprescindible construir un proyecto productivo diversificado y sostenible, que permita cubrir las necesidades de la población, así como avanzar en un proceso real que garantice la seguridad alimentaria.