Hoy celebramos el Día Mundial de los Océanos. Eso está bien pero siempre será insuficiente mirando nuestros intereses sobre los mares mientras el Perú no decida la adhesión a la Convención sobre el Derecho del Mar de 1982, llamada la “Constitución de los Océanos” -169 Estados de 193 son partes-, por tratarse del mayor y más universal instrumento jurídico a que hayan llegado de manera consensuada los países del globo para la regulación jurídica de los mares.

Es verdad que somos un país minero –por sus recursos obtenemos los mayores ingresos- pero también que somos un país marítimo. Llevamos casi 40 años sin ser parte de la Convemar y por esta trágica realidad el Perú, que fue pionero junto a Chile en la formulación de la tesis de las 200 millas de soberanía y jurisdicción en 1947, que 5 años después, en 1952, constituyen ambos Estados junto a Ecuador la mayor plataforma regional en defensa de la referida tesis al crear la Comisión Permanente del Pacífico Sur (CPPS) -Colombia se incorporó en 1979-, y suscribir en esa ocasión la Declaración de Santiago que consagró la política internacional marítima de los 4 países hasta esa distancia, se encuentra en la más completa saga en el Derecho del Mar.

A nuestras autoridades en casi 4 décadas los ganó el miedo, dejando pasar la decisión histórica. La tesis consagró la soberanía del Estado costero sobre los recursos vivos (peces) y no vivos (minerales)  hasta las 200 millas (criterio socioeconómico) y nunca sobre las aguas como sostuvieron erradamente los territorialistas (criterio de seguridad militar). La tesis expuesta, primero en la declaración chilena del 23 de junio de 1947 y luego en el D.S. peruano N° 781 del 1 de agosto de ese mismo año, después de un largo proceso para ganar adhesiones iniciado en 1973, en Nueva York, fue incorporada intacta en la Convención del Mar en 1982 y ese fue un enorme mérito de nuestra cancillería que tuvo una participación con liderazgo incuestionable. Seguir movilizándonos por los grandes y valiosos temas de los océanos, a mi juicio, nos seguirá presentando cojos, pues desnuda una inconsistencia nacional por nuestra flagrante ausencia de la Convemar.