¿Qué hacemos si queremos reforzar el sistema electoral nacional? Obviamente deberíamos dar las normas legales que se requieran para lograrlo. Ello a partir del Congreso.

¿Pero qué sucede cuando tus congresistas no están de acuerdo con estas reformas, votando en contra de las decisiones de sus partidos porque ellos personalmente estarían afectados por esas decisiones? Por ejemplo, con la eliminación del voto preferencial, donde se ha constatado que los congresistas actuales no votarán por esta propuesta al sentirse afectados directamente, pues muchos son “hijos” de esta forma de elección, que aunque perniciosa, para algunos es indispensable, ya que no saldrían elegidos si no pudieran hacer una campaña propia, inyectándole dinero a la misma, y porque además sus partidos los pondrían en posiciones dentro de la lista en las que les sería imposible alcanzar una curul.

Dado que hay consenso en que hay que darles a los partidos la capacidad de fortalecerse e identificar y responder por sus líderes, y por ende hacer las listas como mejor les parezca, la ciudadanía debe hacer algo para pronunciarse, ya que el Congreso, como he señalado antes, con congresistas interesados en mantener el statu quo, no lo harán.

La única forma de lograrlo es volver a los orígenes: la democracia directa. El referéndum. Debemos llevar a cabo, junto con las elecciones generales, un referéndum para que los ciudadanos decidamos si hay o no reelección congresal; si queremos dos cámaras en lugar de una; si eliminamos el voto preferencial; si el Estado debe financiar a los partidos políticos y cuál es el límite de los aportes a los partidos.

Así decidiremos los peruanos lo que queremos, sin ser rehenes del Congreso esta vez.