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Nuestro país cada año sufre por un periodo de heladas y friajes, siendo la zona sur una de las más golpeadas por este fenómeno climatológico.

Las cifras de lamentables fallecimientos, viviendas afectadas, enfermedades respiratorias y pérdida de ganado se repiten todos los años. Las autoridades, tanto del Gobierno central, regional como del municipal, saben que el mes de junio es el más frío del año; pero en vez de prevenir mediante una política pública sobre heladas y friajes se recurre a lo más fácil que no soluciona este problema: regalar frazadas y abrigos.

El Plan Multisectorial ante Heladas y Friaje (2018) establece que una de las labores de los Ministerios para combatir este fenómeno es repartir los “kits de abrigos y frazadas”. Solo en el mes de junio, se han repartido 72,588 kits de abrigo en las regiones de Puno, Cusco y Apurímac; y el Ministro de Defensa inició, en el mes de abril, la repartición de 66,000 frazadas para las regiones más afectadas.

Movilizar todo el aparato burocrático del Estado, lo cual implica disponer de recursos económicos así como de horas de trabajo del personal administrativo repartiendo frazadas y abrigos, es una solución equivocada de todos los gobiernos. Lo que se necesita es brindarles con anticipación cobertores a los afectados, dotarlos de viviendas adecuadas que los protejan ante las bajas temperaturas y construir postas médicas cerca de los lugares perjudicados. Acerquemos el Estado a la gente; recuperemos el sentido de la planificación a corto, a mediano y a largo plazo.

Hagamos una verdadera política pública sobre las heladas y el friaje. Sí se puede.