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Contenidos de ficción en diversos formatos televisivos se están produciendo en el mundo entero con la misma calidad y muchas veces hasta superando lo que se hace para la pantalla grande. No hay temor en afirmar que se está viviendo una época dorada en la industria gracias a la aparición de las empresas de televisión que emiten sus contenidos por streaming, como Netflix, Amazon y Hulu, que invierten millones de dólares en sus proyectos, además de canales por cable como HBO, FOX, AMC, entre otros, que producen sin escatimar inversión para sus abonados de servicios básicos y premium. En Latinoamérica, productoras de Argentina, Colombia y México se han convertido en socias estratégicas de estas grandes empresas y se encuentran trabajando en proyectos que luego de terminados se emiten internacionalmente. ¿Pero cómo vamos por casa? ¿Esta tendencia mundial también nos ha tocado cual “varita mágica” para despertarnos del letargo? Pues lamentablemente a nivel de la región nos hemos dejado ganar por los vecinos en la producción de buena TV de ficción. Fueron muchos años en los que se dejó de producir con continuidad y fuimos perdiendo terreno ante la competencia, que gracias a las nuevas tecnologías avanza a paso agigantados. Y no es porque aquí no exista talento en la actuación, dirección y mucho menos que nos falten guionistas para armar buenas historias; eso hay que descartarlo de plano. Lo que sucede es que así como el cine peruano, que se ha ido ganando un público y está construyendo una industria, con sus pro y sus contra, también la televisión local debe pensar en grande y el televidente aceptar contenidos nuevos, atrevidos, menos localistas, que luego puedan ser vistos en el mundo entero. Pero hay que hacer, arriesgar, proponer, y por eso todo esfuerzo merece ser incentivado. Mañana se estrenan dos teleseries de ficción, una de ellas producida por Iguana, de Lucho Llosa, que tras largos años alejado de la pantalla chica regresa a retomar un género en el que tuvo liderazgo. América Televisión, Del Barrio Producciones, Pro TV, que se dedican a producir telenovelas, y tras muchas entregas con éxito, deberían empezar a tentar nuevos formatos que los saquen de su zona de confort para ponerse a la par de las empresas competidoras. Hoy es el momento de buscar nuevos rumbos y emprender retos ambiciosos. No hay vuelta atrás.