“Por la puerta grande”

Tremendo disparo a los pies la frase de la reelecta congresista Cecilia Chacón, quien afirmó que Alberto Fujimori debe de “salir por la puerta grande” de la cárcel, lo que ha llevado a Keiko Fujimori y su candidato a la vicepresidencia, José Chlimper, a aclarar el “poco feliz” comentario que haya sido tergiversado o no, sacado de contexto o no, ha encendido las alarmas y ha sido muy bien aprovechado por los rivales con miras a la segunda vuelta.

Claro, también se ha subido al carro de las críticas Nadine Heredia, quien debe de tener pesadillas con un eventual triunfo de Keiko Fujimori, si es que no las tiene ya con los 71 congresistas fujimoristas elegidos, que son los que finalmente tendrán que decidir, a nivel político, el futuro del hoy presidente Ollanta Humala. No olvidemos que el hombre deberá responder por casos como Óscar López Meneses, espionaje de la DINI, Martín Belaunde Lossio y otros.

Cometería un grave error el fujimorismo si a través de declaraciones de sus representantes, deja asomar indicios de que con su mayoría parlamentaria y con su eventual triunfo el cinco de junio próximo, vendrán a hacer lo que les dé la gana en los próximos años. Tengamos en cuenta que hace unas horas el congresista naranja Héctor Becerril ha dicho que con la votación del domingo “el Perú no está pidiendo consensos de minorías”. Más carne para los rivales.

No sorprendería para nada que en los próximos días o semanas, desde las filas de Peruanos por el Kambio, la izquierda y del antifujimorismo en general, comiencen a explotar las metidas de pata de los voceros fujimoristas y, sobre todo, a difundir los eventuales peligros que podría significar el que los naranjas tengan tanto el Congreso con mayoría, como el Poder Ejecutivo en sus manos a través de la señora Fujimori. Recuerden el autoritarismo que se les atribuye desde los años 90.

Ya hace cinco años el fujimorismo tuvo que morder el polvo en parte por frases como esa que decía que “nosotros matamos menos”, del exministro Jorge Trelles. Un poco más de distanciamiento con el régimen de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, y un mayor control a los voceros naranjas no vendría mal si es que no quieren que se les queme el pan en la puerta del horno. Nadie la tiene segura en la segunda vuelta que se viene.