Apenas juramentado el nuevo Congreso, su primer paso debería ser convocar a un proceso para reemplazar de una buena vez a los seis de los siete miembros del Tribunal Constitucional (TC) que tienen el mandato vencido desde el año pasado, para dar paso a un colegiado distinto al visto hasta ahora, pues muchas de sus decisiones han sido tomadas más con criterio político que jurídico.

Además, el proceso de selección de candidatos y las eventuales votaciones para elegir a los tribunos permitirán que el país tome nota hacia dónde se orientan las bancadas de este parlamento tan disperso que ha sido elegido el domingo último, con la presencia de fuerzas que son todo un enigma como el Frepap, UPP y hasta Podemos Perú, de José “Pepe” Luna.

La elección de los nuevos miembros del TC permitirá también conocer la capacidad que tendrá el nuevo parlamento de crear consensos en un ente plagado de minorías, y de posturas que van desde el centro derecha como Acción Popular (AP) y Alianza para el Progreso (APP), hasta la izquierda radical que habla de fusilar gente y expropiar medios de comunicación privados, como la representada por UPP.

El Perú necesita un renovado TC para muchísimos temas relevantes que están en espera de sentencia, pero también para conocer hacia dónde va este Congreso que, si bien será breve, está en capacidad de hacer muchas reformas en las tres legislaturas en las que tendrá participación.

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