Con Castillo preso y con el hedor de su gobierno, era previsible el fracaso de la anunciada “toma de Lima”; no obstante, los progresistas se subieron a la convocatoria hecha por el Movadef, “la camarada Vilma” en nombre de Sendero Luminoso, entre otros radicales de izquierda.

Fingiendo ser demócratas, impregnaron de antifujimorismo las sucesivas campañas desde el 2011, para hacerse  del poder tras bastidores, estos  progresistas engendrados en una otrora prestigiosa universidad católica, ven desesperados la pérdida de sus espacios de poder en  los ministerios, Ministerio Público, Poder Judicial, Tribunal Constitucional, etc.,  por eso no les importa apoyar la violencia de los convocantes radicales, les importa solo sus cuotas de poder, para ellos no hay democracia sin sus consultorías.

No es casualidad, que esta fallida convocatoria haya sido efectuada previo a fiestas patrias, fechas que experimentan un fuerte incremento del turismo interno y movimiento económico y comercial en los distintos lugares de nuestro país, una vez más han querido perjudicar a la clase trabajadora, bajo su vieja estrategia impedir el trabajo, crear pobreza, necesidad y enfrentamientos.

Si bien han fracasado, no corresponde triunfalismo alguno, ni menos ser ingenuo soslayando su conducta, van a persistir alimentando su narrativa de desigualdad y pobreza, de discriminación y privilegios, cuestionando todo lo realizado por el gobierno, el Congreso, además van a desacreditar al Tribunal Constitucional, cuestionando sus fallos, acudiendo reiteradamente a fueros internacionales afines como la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

El gobierno, los congresistas, las instituciones fundamentales, los partidos políticos tienen la obligación de cumplir con responsabilidad y decencia sus labores, recuperar la confianza perdida, empujar a nuestro país hacia el desarrollo, con virtud y empeño, derrotar con resultados la narrativa de odio y confrontación.

Según algunos especialistas la proyección de crecimiento económico para este año es de 1.7 %, lo que no alcanza para generar nuevos puestos de trabajo, debido a la caída de la inversión a inicios de año por la convulsión social generada por los radicales de izquierda y sus aliados progresistas que continúan con su empeño de  perjudicar a nuestro país, ¡prohibido olvidar!

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