Entre el 5 y 12 de enero, ciudadanos de Puente Piedra, al norte de Lima, protestaron contra el cobro de un peaje, que al no existir vía alterna, les impedía la libre circulación por la ciudad. Para entrar y salir de sus casas debían pagar S/5. Los reclamos de los vecinos no comenzaron el 5 de enero, pero fue ahí cuando las protestas escalaron. Bloquearon la carretera, quemaron llantas y un grupo atacó a la Policía. El resultado: 55 detenidos, un policía y un civil heridos.

La violencia desatada en Puente Piedra es una muestra de la falta de confianza de los ciudadanos en el Estado. Una de las condiciones para llegar al desarrollo es que exista cohesión social y confianza entre los ciudadanos, y entre los ciudadanos y el Estado. Esto es, que sepan que el Estado va a responder imponiendo orden y seguridad, controlando la violencia, administrando justicia, defendiendo derechos de propiedad y garantizando libertades civiles, políticas y económicas. Esta confianza es la que hace que las normas sociales se cumplan.

De acuerdo con el informe de Latinobarómetro “La Confianza en América Latina 1995-2015”, Latinoamérica es la región más desconfiada del mundo. Y esta desconfianza se ha mantenido estable sin importar los avances en cuanto a crecimiento económico y acceso a servicios en los últimos veinte años. 8 de cada 10 latinoamericanos no confían en el otro. Y son las instituciones de la democracia en las que los latinoamericanos menos confían. La falta de confianza en el Estado y en las instituciones debilita la gobernabilidad de un país. Si los ciudadanos no confían en que el Estado resolverá sus problemas, pues entonces los resolverán ellos mismos, y si para ello deben recurrir a la violencia, pues lo harán.

Como resultado, el alcalde de Lima anunció la cancelación definitiva del peaje y el gerente de Inversión Privada de la Municipalidad informó que está en conversaciones con la concesionaria Rutas de Lima: “Hay que revisar las cláusulas para encontrar la solución. Ahora están abiertos a renegociar el contrato”. Ahora, después de la violencia desatada.

El gobierno del Presidente Kuczynski tiene que mirar estos brotes de violencia, identificar sus causas y atender las necesidades de la población. A casi 6 meses de haber asumido la Presidencia, es necesario que el gobierno sea más receptivo y de muestras de que la violencia, en cualquiera de sus formas, no puede ser usada como un mecanismo de persuasión o de negociación.

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