En nuestro medio hay términos que irónicamente son entendidos contrariamente a su real significado, debido al mal uso que determinados personajes han hecho de los mismos. 'Vedette' en francés significa la estrella de un espectáculo, que canta, baila y hasta muestra su cuerpo en forma sensual pero no pornográfica.
En el Perú, ninguna dama aceptaría esa expresión como halago. Los nobles 'otorongos' han caído en descrédito al identificarlos con los congresistas. Con ellos, el 'Marketing', mixtura de ciencia y arte, está desacreditado en el imaginario popular, al referirlo como las acciones que contribuyen a un embuste: cada vez que un producto no responde a nuestras expectativas, la afirmación es inmediata: 'puro marketing'.
Es lamentable que este valioso anglicismo para el desarrollo de países e instituciones, haya caído en menoscabo. El Marketing engloba actividades de reflexión, análisis, y estudio, tales como publicidad, prensa y ventas, demanda investigaciones serias con técnicos responsables y calificados, se expresa a través de comunicaciones que describen las características de un producto o servicio, contribuyendo a la buena imagen de estos y, por ende, a su aceptación, pretendiendo que sea permanente y, para ello, es requisito indispensable que los anuncios se sustenten en bases sólidas, en la verdad. Es decir, muy alejado de la aseveración 'puro marketing'.
El producto puede ser una persona o un país. Por ello, cuando un candidato es elegido e incumple su oferta electoral o presenta comportamientos reñidos con la ética o la ley, aparece el 'puro marketing'. Factor importante para el real progreso del país es el optimismo y la autoestima y, para ello, nada más relevante que un adecuado plan de comunicaciones, que transmita sentimientos y razones con bases firmes y verídicas.
Nada más simple que el facilismo de culpar por nuestros comportamientos fallidos al comunicador o al medio, soslayando responsabilidades y, olvidando que el líder debe contagiar entusiasmo y credibilidad. Para ello, es indispensable el posicionamiento. Es imposible suscitar interés e identificación sin ser conocido y reconocido, error frecuente en políticos, empresarios y hasta en autoridades de centros académicos que carecen de la preparación que el siglo XXI exige. Los he encontrado frecuentemente y son quienes desprestigian el Marketing, aquellos que denomino 'los cantutos o palomeques' de la vida.
Es mi intención rescatar con este artículo el profesionalismo del Marketing y de todas las ciencias y artes que requieren preparación y experiencia.

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