Los desastres naturales actuales nunca antes se han visto en esta magnitud, sobre todo por la cantidad de regiones que han sido afectadas severamente: 20 en total. La solidaridad de los peruanos se viene desplegando mediante donaciones de víveres, ropa, agua, comida y dinero. Además, muchos, solidarios ante la catástrofe, damos nuestro tiempo para apoyar a los damnificados.

Lo impactante son las quejas y el acaparamiento. No entiendo cómo hay gente que sigue quejándose del Ejecutivo cuando los ministros y el Presidente se multiplican día a día para acompañar solidariamente a los más perjudicados y, sobre todo, para organizar la ayuda y luego la reconstrucción. Realmente sorprende ver cómo algunos, por suerte los menos, siguen tratando de hacer política con la desgracia. El exmandatario Humala y la señora Fujimori han hecho llegar palabras de aliento al Presidente. Además, los partidos políticos vienen ayudando en las diferentes regiones. El Perú está unido, salvo por algunos.

Leo en redes cómo se quejan algunos por la falta de agua en distritos donde siempre sobra. Por si no lo saben, hay más de 40% de peruanos que no tienen agua las 24 horas y al menos 30% que simplemente no la tienen y día a día cargan baldes y pagan mucho dinero a los camiones cisterna para abastecer sus casas. Una vergüenza ver las quejas sobre los precios del limón para los cebiches del verano y sobre todo cómo hay quienes acaparan agua, desabasteciendo los establecimientos de San Isidro, Miraflores, La Molina y otros de las clases más acomodadas.

A veces me pregunto qué nos pasa que no entendemos que nuestro país necesita que todos pongamos el hombro y que el vecino necesitado es el primero y no nosotros.

Bien, Presidente; bien, ministros. Gracias.