Una pesadilla recurrente de la “pareja presidencial” -en especial luego del descubrimiento de las 4 agendas y las que todavía no salen- es qué pasará cuando Ollanta entregue la banda presidencial el 28 de julio. ¿Los esperará un patrullero en la puerta para llevarlos a alguna fiscalía?

La “pareja presidencial” (hablar de un partido a estas alturas es un chiste) ha roto puentes con todos los partidos políticos y es muy difícil que el fujimorismo, APRA-PPC o PPK les perdonen lo que han hecho y no se inicien megacomisiones por doquier y se profundice las investigaciones del origen del dinero del partido (manejo de millones en efectivo de origen desconocido) y los movimientos financieros que se describen en las agendas.

El único candidato “negociable” es Acuña. No solo por su fijación por ser presidente como sea, sino porque el origen de su dinero y títulos también tiene cuestionamientos. Con Acuña se puede conversar y llegar a un acuerdo de impunidad.

Estos acuerdos se darían antes que entre en vigencia el tratado de extradición con Francia (firmado el 21 de febrero del 2013) y que la unidad de Cooperación Internacional de la Fiscalía de Francia, a través de la Oficina de Cooperación Internacional del Ministerio de Justicia de Francia, envíe la información sobre los movimientos bancarios de Nadine, Ivoska Humala y la exembajadora Cristina Velita.

Entonces el juego está claro: Urresti será un perro de presa de cualquier otro candidato que no sea Acuña y la “pareja presidencial” apoya a Acuña, por ejemplo trayendo a Favre. Pobre Marisol Espinoza que pensó que se había librado de la “pareja presidencial”.

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