El Presidente de la República designa al titular del Consejo de Ministros, juntos nombran los miembros que integrarán el gabinete. El jefe de Estado respalda a los miembros que componen el ejecutivo, cuando deja de hacerlo deben poner su cargo a disposición. Por eso, las palabras de la primera ministra: “los ministros y las ministras del gabinete respaldamos, plenamente, al Presidente (…)” son incorrectas. Es el jefe de Estado quien respalda su gobierno, apoya sus iniciativas, no al revés. El Consejo de Ministros labora conforme con un programa de gobierno, una actitud contraria conlleva poner sus cargos a disposición.

El Primer Ministro y su Consejo carece de la potestas para respaldar al Presidente de la República, su permanencia en el ejecutivo es señal tácita de su coincidencia y unión con las políticas de gobierno. Por esa razón, los ministros se desgastan por refrendar actos del jefe de Estado, por errores propios cometidos durante su gestión, por discrepar de las líneas generales trazadas por el gobierno, así como por graves irregularidades que les impidan continuar en el cargo.

Los ministros son cargos de confianza, duran lo que las circunstancias determinen en cada momento; en cambio el Presidente de la República tiene un mandato fijo de cinco años, salvo que sea interrumpido por incurrir en las causales taxativas en la Constitución. De cara al próximo 28 de julio, el Presidente de la República debe calcular el número, tiempo, contenido y oportunidad de sus declaraciones. Se pronuncia sólo cuando las circunstancias lo exijan. El primer ministro es su principal portavoz para lo ordinario, de cara a la opinión pública; por eso, resulta erróneo que el Premier pase de “comunicador oficial” de los mensajes presidenciales a convertirse en un actor político que “respalda” sus actos y declaraciones.