Años atrás, un informe consideró a La Rinconada, distrito de Ananea, provincia de San Antonio de Putina, en la región Puno, como la peor ciudad para vivir a nivel mundial. Un calificativo que no enorgullece a nadie si es considerada, además, tierra de nadie y donde la vida no vale nada.
Un sitio con múltiples problemas de salubridad y sociales, donde los pobladores viven hacinados en reducidos espacios a más de 5 mil metros sobre el nivel del mar. Los lugareños dependen del oro que se extrae allí y los índices de contaminación son altos en este lugar.
La Rinconada, en los últimos años, se convirtió en un infierno, donde la explotación de personas es diaria, en especial con mafias de tratantes que llevan hasta el lugar a menores para prostituirlas.
En las últimas horas, con decisión y tras un trabajo de inteligencia, la Policía Nacional del Perú, con personal de la Fiscalía Especializada en Trata de Personas de Puno, realizó varios operativos con singular éxito, deteniendo a personas dedicadas a promover la explotación de mujeres, en especial menores de edad. Son las primeras intervenciones que tienen resultados y el trabajo aún es mínimo, pues se estima que al menos un millar de personas son explotadas en este infierno terrenal.
Similar acción se realizó en el Vraem, Junín, donde se rescató a menores de un local en San Martín de Pangoa y se intervino a seudoempresarios de locales.
Las acciones en la lucha contra la trata de personas deben tener todo el apoyo, pues es un flagelo que afecta a nuestro país.