Ciento sesenta y cuatro alféreces de la Policía Nacional del Perú (PNP), entre ellos 20 mujeres, egresaron de las aulas de la Escuela de Oficiales para integrarse al servicio del control y orden de la ciudadanía. Así se mantiene la tradición de renovación de cuadros en los mandos de dicha institución y que en el presente año acaba con algunos resultados favorables, como también afectada por un reducido grupo de sus integrantes que cayeron en los tentáculos de la corrupción y empañaron el uniforme que visten.

La formación de estos nuevos custodios, que tendrán desafíos cuando comiencen su labor en todo el territorio nacional tiene que responder siempre a las exigencias de una sociedad que reclama mayor seguridad y tranquilidad con profesionalismo y honestidad.

Es lamentable que a lo largo de este año, que va camino a fenecer, las constantes detenciones de oficiales inmersos en situaciones en hechos delictivos mellen la imagen de la institución, sin embargo hay que verlo desde otra óptica, pues tales intervenciones reflejan la voluntad, por parte de los mandos, en mantener la férrea decisión de extirpar ese tumor llamado corrupción y que tanto daño hace a la institucionalidad del país, más aún cuando se perdió el principio de autoridad en varios sectores..

Es la justicia, que de manera ejemplar castigará a los malos elementos, que aprovechándose del uniforme y la placa de policía se vieron implicados en delitos, y lo que es peor, defraudando la confianza de un pueblo que demanda un cambio radical en todo sentido, como se espera sea el próximo 26 de enero cuando concurran 26 millones de peruanos a la urnas por un nuevo Congreso de la República.

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