En el Perú actuamos a tiempo. Estamos en cuarentena desde el 16 de marzo. En el Perú tenemos reservas. Distribuimos bonos a los más necesitados. Desplegamos un paquete económico sin precedentes.

Sin embargo, hoy tenemos más de 45 mil contagiados por Covid-19. Nuestros vecinos en Chile no han llegado a los 20 mil mientras escribo estas líneas. En Colombia no han llegado a 8 mil. Ambos tomaron medidas al mismo tiempo que nosotros. Hicimos todo a bien, en teoría. ¿Por qué estamos como estamos? El hecho es que no hemos logrado frenar la cadena de contagios, y eso nos está costando vidas.

Es una situación desesperanzante, que, más allá de los aciertos o desaciertos del gobierno, refleja una realidad que todavía no hemos sido capaces de asumir: la importancia de la responsabilidad indivudual del ciudadano en el cuidado de la salud, –la propia y la colectiva–.

Mientras no asumamos las responsabilidades que como miembros de una sociedad nos corresponden, va a ser dificil superar la crisis. Con esto no quiero exonerar de toda responsabilidad al gobierno, que creo debió tomar una decisión más pronta en intervenir directamente los centros de contagio masivo, ni dejar de reconer que hay situaciones que pueden hacer para el ciudadano que esto sea bastante más difícil que simplemente decirlo. Pero estoy segura que, si desde un principio ambas caras de la moneda, Estado y ciudadanía, hubieran asumido más direcamente sus roles, hoy estaríamos mejor que todos nuestros vecinos.

Sin embargo, de aquí en adelante, independientemente de las acciones que continúe tomando el Estado, debe primar en nosotros un sentido de responsabilidad individual y social, en donde todos asumamos control sobre nuestra salud y la del resto. Hoy todos tenemos la responsabilidad de cuidarnos y de cuidar a los demás.

Esa responsabilidad, la de no contagiarte y así evitar contagiarnos, la tenemos que asumir todos. Yo me cuido a mí para cuidarte a ti.

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