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Hace casi 18 años, el 14 de setiembre del 2000, Fernando Olivera y Luis Iberico presentaron los llamados “vladivideos”, donde el entonces congresista Alberto Kouri recibía 15 mil dólares de Vladimiro Montesinos para pasarse a la bancada del fujimorismo, desatando un escándalo político nacional.

La reacción del presidente Alberto Fujimori fue disolver el Servicio Nacional de Inteligencia y convocar a elecciones generales, para terminar renunciando por fax y refugiándose en el Japón, asumiendo el gobierno Valentín Paniagua, restableciendo la democracia.

En el último mes, en pleno debate de una segunda moción de vacancia, presentada multipartidariamente, aparecieron los “mamanivideos”, grabados al mismo estilo montesinista, donde se ve cómo se negocian votos de congresistas para evitar la vacancia de PPK, desatando otro escándalo político, que terminó con la renuncia y posterior vacancia del Presidente de la República.

Vemos cómo se enfrentan Keiko y Kenji Fujimori, con amenazas y chantajes, lo que nos produce vergüenza ajena y nos recuerda la época nefasta de la dictadura de Fujimori y Vladimiro Montesinos.

El nuevo presidente de la República, Martín Vizcarra, tiene que liderar el combate a la corrupción, caiga quien caiga, reactivar la economía pensando en los más pobres, así como la descentralización, el desarrollo del mercado interno, impulsar una renovación de la política, con nuevas reglas que permitan la participación de nuevas fuerzas políticas, mujeres, jóvenes y pueblos indígenas, y que los candidatos sean elegidos democráticamente con supervisión de la ONPE y el JNE, sin permitir la tiranía del dinero en la política.