En declaraciones a la agencia de noticias Reuters, el presidente Francisco Sagasti ha hecho bien en señalar que no es momento para plantear una nueva Constitución, pues en su breve gestión hay otras prioridades como la lucha contra la pandemia y la crisis económica que ha generado.
Como bien ha señalado el mandatario, esa debería ser labor del próximo Congreso si es que en las elecciones de abril logra mayoría la propuesta de plantear una nueva Carta Magna que reemplace a la de 1993.
Para nadie es un secreto que los promotores del cambio de la Constitución son principalmente sectores de la izquierda, que están interesados especialmente en modificar el capítulo económico que, a la fecha, con sus defectos, ha logrado el crecimiento del país y la reducción de la pobreza.
Por razones ideológicas nos quieren devolver a épocas nefastas a través de la aplicación recetas ya fracasadas.
No es el momento, pues hoy el Estado debe dedicarse a evitar muertes y mejorar las condiciones de vida de quienes se han quedado sin empleo a causa de esta pandemia que no se ha ido.