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En su mensaje al asumir el cargo de presidente, Pedro Pablo Kuczynski concluyó afirmando que su gestión tendría seis objetivos básicos que cumplir al año 2021, entre los que se encontraba el dotar a los peruanos de un servicio de salud pública de calidad, algo muy distante a lo que vemos hoy si tenemos en cuenta casos como el de Shirley Meléndez, quien acudió a un hospital de EsSalud por cálculos renales y terminó sin manos ni pies por una posterior complicación.

Semanas antes, las deficiencias en la salud pública se pusieron de manifiesto durante el friaje que castigó a la sierra sur del país, donde los centros asistenciales del Ministerio de Salud no contaban con lo necesario para atender a las víctimas de este evento recurrente. Recordemos que en lo que va de este año han fallecido al menos 82 niños a causa de las heladas. Los más pobres de entre los pobres estuvieron, nuevamente, abandonados a su suerte.

Como bien ha recordado el martes último el presidente Kuczynski, varios años atrás los peruanos fuimos testigos de la amputación de la pierna equivocada a un paciente que padecía diabetes, también en un nosocomio de EsSalud, además de todas las quejas y reclamos que se conocen a diario sobre la inadecuada atención que brinda la salud pública de este país. Un diálogo con la mayoría de pacientes del Hospital Dos de Mayo o Loayza bastaría para confirmar lo que señalo.

Un país nunca será “desarrollado” o del “Primer Mundo” si tiene centros de salud pública como los que existen acá. Llevamos varios años de crecimiento económico y lamentablemente aún no “chorrea” esa bonanza a los lugares a donde va la gente más necesitada, pues quien tiene la posibilidad de pagar una clínica jamás iría a hacer su cola por una cita para que además lo atienda, en muchos casos, un médico de mal humor e incapaz de dar un trato “humano” a un paciente.

El nuevo gobierno ha anunciado la ampliación de los horarios de atención en tres hospitales públicos; sin embargo, de poco o nada servirá eso si no se hace una reforma integral del sistema de atención pública de salud. Faltan recursos y también la capacidad de dar atención humana a la gente, como la que no recibió Shirley Meléndez una vez que quedó amputada y los responsables ni siquiera fueron capaces de darle el dinero para su atención renal en una clínica privada.

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