La misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha sido testigo de cómo la máxima instancia del Poder Judicial ha declarado infundada la apelación presentada por la defensa del presidente Pedro Castillo, con la única finalidad de librarse de la investigación que tiene pendiente en el Ministerio Público por los delitos de tráfico de influencias y colusión agravada en el caso puente Tarata III, donde parece que varios han robado a manos llenas.
Los visitantes no solo deberían tomar nota de esta resolución dada por la Corte Suprema que deja sin piso a Castillo y a sus pobres abogados, sino también de la insistencia del mandatario en escabullirse de la investigación fiscal a través de más recursos legales, pues ayer uno de sus defensores jurídicos, Benji Espinoza, ha dicho que recurrirán al Tribunal Constitucional (TC) para no responder a la justicia hasta que el profesor deje el poder.
¿Por qué tanto temor?, ¿por qué se corre de responder por presuntos actos de corrupción?, ¿a qué teme? Un presidente en funciones está en la obligación de dar la cara ante los peruanos y la autoridad judicial para aclarar hechos que pongan en entredicho la decencia e idoneidad de quien personifica a la Nación, y más aún si de por medio hay acusaciones hasta de que le han dado en sus manos dinero sucio en efectivo.
La gente de la OEA de visita en Lima, si quiere trabajar bien, debería tener en cuenta que un presidente en ejercicio no es un investigado cualquiera, como para escudarse en leguleyadas y tinterilladas propias de abogado mañoso, con la finalidad de evadir alguna investigación. El afán del profesor Castillo por escaparse de una de las pesquisas en su contra, es por sí solo un escándalo a nivel político. Lamentablemente, nos hemos acostumbrado a esto.El Perú está en manos de un gobernante que se corre de la justicia, por más que luego de cada citación a la que acude rodeado de decenas de policías nos diga que “ha cumplido con declarar” ante el Ministerio Público. Eso es falso. El caballero lo único que hace es decir “soy inocente”, para pasar a quedarse callado ante el interrogatorio preparado. Solo engaña a los incautos y se burla de los peruanos ¿Este señor merece seguir al frente del país?